9 ago 2015

Siempre despues de las 8 p.m.

Solía esperarle a diario, dejar pasar el resto de las horas del día como si no importase, como si las actividades por realizar no fueran relevantes.
La impaciencia se ha vuelto mi amiga, poco a poco ha aprendido a descontrolarme y yo que pensaba que eso era imposible.
Aprendí a dormir por la tarde y reservar la noche para caminar por ahí, para socializar, para intentar amar.
¿Les ha pasado que un deseo se apodera de su pensamiento por horas, días, semanas, meses? Una de esas ideas que no deja dormir, una de esas historias que en la imaginación parece maravillosa pero que no lo es cuando lo pasas a la vida real. A mí sí.
Podía verle caminar hacia mí, con un abrazo escondido, siempre después de las 8. Los ojos más bonitos por los cuales era capaz de convivir con la impaciencia y la ansiedad.
El reloj dejo de marcar la hora, estoy perdida entre el antes y el después del final.

¿A dónde se fueron las horas?
VOC
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